Es una pregunta totalmente necesaria cuando pagas porque te encierren en un Escape Room. ¿Por qué nos gusta pasarlo tan mal?
Digamos que aunque el Game master venga disfrazado de unicornio volador y entres en la mansión de Barbie, en cuanto cierren la puerta alguno se asustará de su propia sombra, comenzará a increpar a sus compañeros por aparecer de forma sibilina y pase tres cuartos de partida con la respiración acelerada.
Sin embargo, con 0 factores de terror a sus espaldas la experiencia nos ampara afirmando que este jugador al que verás sufrir en pantalla, será sin lugar a dudas el que mejor sensación se lleve a casa.
Pero claro, si tan mal lo ha pasado… ¿por qué le ha encantado la experiencia? Pues aquí escapistas, entra la madre ciencia para aclararnos por qué los Escapes de terror están arrasando en el panorama nacional:
Cuando nos encontramos ante una situación que el cuerpo interpreta como peligrosa, nuestro sistema hormonal se activa en modo defensivo liberando sustancias como la adrenalina o la norepinefrina: ambas incrementan la vigilancia y mejoran nuestra capacidad de reacción.
Cuanto más intensa sea esa sensación de peligro, más cerca estaremos de alcanzar un pico de euforia que posteriormente nos dejará extasiados y por tanto relajados.
Este proceso lo cruzamos de forma inconsciente ya que supone una defensa natural ante una situación hostil. La diferencia es que racionalmente sabemos que no nos encontramos ante un peligro real, si no simulado.
Un jugador que entra en un Escape de miedo sabe de antemano que la sala no es una amenaza real, sin embargo percibe factores de miedo y/o terror que activan igualmente ese escudo defensor con la diferencia de que nuestro subconsciente sabe que está a salvo y por tanto ese estímulo experimentado una vez pasado, se convierte en alivio y calma: un placer que a fin de cuentas, engancha.
Es por eso que en general los jugadores que más se asustan y peor lo pasan, más contentos salen de la salas, una contradicción que a priori nuestra “mama science” nos vuelve a aclarar:
Hay científicos que coinciden en que las hormonas relacionadas con el miedo son muy parecidas a las de la felicidad, una teoría que encajaría con el hecho de que hay personas que después de experimentar una sensación de miedo aseguran que su estado de ánimo mejora.
Como aquí estamos para mejorar experiencias, en Coco Room no tenemos un Escape específico de miedo, pero sí que contamos con elementos dentro de la sala que mezclados con una buena ambientación musical y presencias extrañas en su interior, pueden incrementar la tensión y para muchos jugadores crear una sensanción de miedo.
Halloween está a la vuelta de la esquina, así que hemos decidido activar el “modo terror” en algunas ciudades. Del 21 de octubre al 03 de noviembre, adaptaremos nuestras salas e intentaremos asustaros para, amparados siempre por la ciencia, corroborar todas las teorías descritas anteriormente ¿conseguiremos engancharos aún más a este mundo? Reto modo on.